sábado, 17 de mayo de 2008

Actualización de la gramola (Jankoviloba ROCK II)

He subido una nueva antología rock (dedicada a Pete). Tanto la anterior, como las sucesivas, podrán cargarse accediendo a la lista, pulsando sobre el icono de la estrella verde de ocho puntas, en la parte superior derecha, y moviendo el cursor sobre el jukebox, seleccionando la deseada (así, mientras los chicos de las SGAE no se me echen encima…)

El único grupo que repite es BLACK SABBATH, por algo es mi grupo favorito.

El rock de los setenta da para muchas más listas, pero estoy limitado por la base de datos (por otro lado, es excelente, todavía no le he metido mano ni al heavy ni al punk ni al rock de otras décadas, ni al blues,…) Al igual que con la anterior, me he tomado varias licencias con los grupos y con las fechas de algunos temas.
No puedo evitar ofreceros algunos comentarios. A pesar de que AC DC están en las cubetas destinadas al heavy, los tres temas que incorporo están extraídos de su primer disco “High Voltage” (es el que más me gusta de ellos), en donde las guitarras tienen mucho “boogie”, suenan como si Chuck Berry hubiera aprendido a tocarla, y la voz parece la un cazallero Paul Rodgers (FREE, por cierto, necesitaba incluir el “All right now”) También parece fuera de lugar los grupos de rock sinfónico, pero adoro el disco de YES, “Drama”, por tres razones: la primera, el guitarreo más rockero de Steve Howe; la segunda, la exhibición del bajista Chris Squire (qué escalas más bestias) y, sobre todo, porque es el único disco en el que no se escucha la castrata voz andrógina del egocéntrico Jon Anderson. Sobre ZZ TOP, mi otra debilidad, me los estaba reservando para una antología blues, pero lo cierto es que su sonido no pega mucho con el de King, Waters, Hooker y cía.

Nada, ojalá lo disfrutéis tanto como yo.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Obama puede ser asesinado




A la izquierda, el candidato Obama



A la derecha, Obama capturando un
rebote, ante la pasividad general,
mientras mira al fotógrafo y le grita
"¿Me has cogido?"

(Fotografías tomadas prestadas de Wikipedia)

Ahora en serio. Así lo afirmó Ignacio Ramonet en su charla en el Club Diario de Mallorca. Y cuando lo advierte todo un consultor de la ONU, el influyente director de Le Monde Diplomatique, uno no puede evitar sentir un escalofrío. Cierto que la propia esposa del candidato Obama ya ha expresado públicamente su temor, pero es fácil tender a pensar que se trata de un intento de reclamar todavía más simpatías, o de la típica crisis paranoica tan propia de los estadounidenses. Pero como bien recuerda Ramonet, EE.UU. tiene una amplia tradición en magnicidios, y el riesgo es real.

Obama no es Martin Luther King ni muchísimo menos, pero dentro de su discurso de cambio, hay originalidad y, lo más importante, propuestas concretas de ruptura frente a anteriores políticas. La más impactante, en política exterior, es la de mostrarse dispuesto a entablar conversaciones con todas las administraciones de países hostiles a EE.UU. (Irán, Siria, Venezuela, Cuba, etc.) El color de su piel no despierta recelos, pues Obama no es hijo de un negro americano, su padre es keniata, y el electorado blanco no percibe en él ningún tipo de revanchismo. Lo que puede descartarse es una alianza con Hillary Clinton, según los observadores, esta combinación de mujer y no blanco restaría apoyos entre los propios demócratas y facilitaría la victoria del candidato republicano, John McCain.

Pero, ¿por qué este especial interés hacia las próximas elecciones norteamericanas? Personalmente, pienso que a lo que va a tener que enfrentarse en próximo presidente, concierne a todo el mundo occidental. Creo que, si uno puede analizarlo de forma despersonalizada, se acercan tiempos muy interesantes. Van a pasar cosas.

Ramonet detecta que las señales del declive del imperio avanzan y se multiplican, y considera que así lo tendrán que asumir los presidentes venideros. Tras la pésima administración Bush, nos encontramos ante la primera gran crisis económica en un mundo globalizado. La economía estadounidense se muestra terriblemente desequilibrada, impropia para un liderazgo, con un dólar por los suelos, una inflación pujante, industrias que desaparecen, y fondos soberanos en manos de estados extranjeros (principalmente árabes, que si inicialmente insuflaron una inyección vigorizante a la economía, finalmente se han apoderado del control sobre industrias de gran poder estratégico) Ante este panorama, sólo cabe dejar el mercado y volver a la intervención del estado, mediante proteccionismos comerciales, con la consiguiente mediatización en el resto de la economía occidental. A todo esto, hay que añadir la situación en Irak y en Afganistán. Son guerras que se iniciaron sin ningún sentido de la estrategia, y, por tanto, tienen difícil solución.



jueves, 1 de mayo de 2008

Algunos consejos para quienes vayan a Venecia



Vuelos. Las compañías low-cost tienen a Venecia entre sus destinos. Fuimos con Vueling y quedamos muy satisfechos con el servicio.

Alojamiento. Pese a que se oferta Mestre (localidad peninsular más próxima al archipiélago), pueden encontrarse buenas tarifas en Internet, en localidades fuera de temporada, como Lido (diez minutos en vaporetto hasta San Marcos), y disfrutar de las vistas a la laguna o al Mar Adriático. Un esfuerzo para pernoctar en los canales no será lamentado. No olvidar dejar propina al siempre esforzado botones.

Comida. Alejarse del centro y, aún así, observar la carta de precios, sobre todo, la de bebidas. Una birra puede costarte siete euros, y una jarra de fanta naranja, cuatro y medio. Las pizzas están muy bien, a precios comparables a los de España. Un potente desayuno incluido en el precio del hotel puede sostenerte durante la jornada. También hay supermercados a los que recurrir. Imperdonable no saborear tantas veces como sea posible los gelatos, cuantos más palines, mejor. Recomiendo el restaurante Tortuga, buena comida, precio razonable, tiramisú de vicio, y auténtico capuccino (sin nata, sólo con la crema de leche) Sugiero un aperitivo, martini y olive ascolane (aceituna gordal rellena y rebozada)


Desplazamientos. Caminar cruzando los distintos puentes de los canales, entre calles estrechas y con sombra, ofrece la oportunidad de encontrar la sorpresa. Para ir rápido, utilizar el vaporetto, bus marítimo encargado del transporte público. Existen bonos, que incluyen el autobús del aeropuerto. Taxi y góndola carísimos, pero si te lo puedes permitir, vale la pena.




Visitas. La piazza de San Marcos es obligada, el palazzo Ducale es abrumador y las vistas desde el Campanile son únicas. Recorrer todo el Canal Grande en vaporetto, en los asientos al aire libre, si es posible. En general, todas las abigarradas basílicas. Cualquier iglesia con la que uno tropiece, raro será si no tiene algún Tintoretto (puedes rendirle tributo en la Madonna dell´Orto, donde descansan sus restos), Tiziano, Veneciano o Bellini. El cimitero de la isla de San Michelle ofrece un momento de paz y silencio y olor a flores. El gueto judío es muy atractivo. En la próxima, espero ir a Burano, isla de pescadores, de la que se elogia su ambiente pintoresco.

Compras. Fastuosidades de vidrio en Murano (hay que regatear para sacar un buen precio) Preciosas máscaras, muy asequibles (eso sí, buscar las auténticas artesanales, es fácil, por las numerosas tiendas, mi favorita, el Atelier Marega) Típicos souvenires, para todos los gustos y bolsillos.

Idioma.
Es difícil no entenderse con los italianos. Las expresiones más repetidas, Buon Giorno!, Buona sera!, Arrivederci!, Prego y Grazie!. Con educación y una amplia sonrisa, lo demás llega solo.

El gueto judío de Venecia


Recuerdo una enriquecedora disertación del doctor Jaime Vándor tratando de explicar las diversas causas del antisemitismo. Practicando el sentido de la autocrítica, apuntó el enclaustramiento judío frente a los gentiles, por quienes mostraban poca simpatía. Si en el pasado fueron obligados a vivir en guetos, acabaron por convertirlo en una práctica tradicional. Me sorprendió la actividad del barrio judío de Venecia. Si en España polemizamos entorno a una Ley sobre la Memoria Histórica que devuelva la dignidad a los familiares de las víctimas desfavorecidas por la Guerra Civil, los judíos venecianos, lo tienen muy claro, simplemente, no olvidan. Lugares señalados son marcados con placas y coronas de flores. En el gueto me crucé con cabezas cubiertas por kipás, pero lo que más me llamó la atención, fueron los jóvenes de barba cuidada y ataviados inmaculadamente con traje y sombrero negros, sobre una camisa blanca como la pureza. A pesar de todo, me parecieron un poco “de postal”. Frente a la autenticidad confesional del kipá, su cuidada y remarcada estética tiene una finalidad más bien identificativa, casi carnavalesca. Ni qué decir que el barrio estaba visiblemente custodiado y, a pesar de su carácter turístico, recibimos miradas desconfiadas. Y no era sabbat, así que… Si regreso a Venecia, volveré a visitarlo sin duda, demasiados interrogantes para mi impertinente curiosidad.

La máscara de Venecia


Mi ímpetu por visitarla surgió a raíz de un documental sobre la elaboración artesana de las máscaras, así como su significado dentro de la comedia veneciana. Para mí, Venecia está enmascarada. Es una mujer madura de belleza legendaria, y atrae tanto a fieles admiradores como a los que ansían conocerla, enterados por los comentarios que circulan. El paso del tiempo es inexorable, las manchas bajo sus ojos, las arrugas en torno a los labios, la pérdida de tersura sobre los pómulos,… quizá no impiden reconocer la belleza de su juventud, pero no es lo que se espera de ella. Entonces, la máscara encubre la decadencia, y con su todavía atractiva figura, se ofrece sugerente y misteriosa, con toda dignidad. Ya pasó la época en que sus amantes más ricos la colmaban de los más preciados obsequios. Ahora, se exhibe para seguir conservando el tesoro. Y sus pretendientes, ligados al juego, también cubren sus rostros, bien por complicidad, bien por temer no estar a su altura.

Malandrín es un joven y talentoso fotógrafo. Su estudio en Ponte Della Canonica Castello, 4314, ofrece vistas que van más allá del reiterativo gondolero navegando por el pequeño canal, a precios muy asequibles. La fotografía que ilustra la entrada es un pobre fragmento escaneado de la que le compramos.

Venecia eterna


Visitar desde la más humilde iglesia hasta el más rico de los palacios venecianos, es visitar un museo de arte. Pasear por la hoy decadente Venecia es entender su esplendor a través del papel que jugaron los comerciantes y la Iglesia Católica como motores de una prolija economía que duró desde la Alta Edad Media, hasta la caída de Constantinopla.

Los hábiles mercaderes, al amparo de inteligentes alianzas políticas, prosperaban e invertían sus inmensos beneficios en grandes obras arquitectónicas y artísticas. La Iglesia también supo captarles y canjear donaciones por monumentos funerarios, entre otras prebendas. Así, generaciones de pintores, escultores, arquitectos, albañiles, marmolistas, vidrieros, carpinteros, herreros,… maestros y aprendices de cualquier tipo de oficio, recibían encargos de forma incesante. Venecia floreció gracias a todos ellos.

Visitarlos en sólo cuatro días es como entrar en la librería y contemplar portadas y títulos, leer alguna sinopsis y, con fortuna, tener tiempo para hojear un capítulo o algunos poemas. Y pienso que en aquellos tiempos, sin televisión, cine o Internet, y con difícil acceso a la literatura, debía ser habitual contemplar cualquier muestra artística durante las horas requeridas para su pleno disfrute.