jueves, 22 de octubre de 2009

Gorazde, Zona Protegida (1), por Joe Sacco

¿Qué pasaría si un día aparecemos en tu casa, armados, y te exigimos tomar partido, o con nosotros, o contra nosotros? Tenemos las armas. Nos conoces, incluso puede que haya algún familiar tuyo en el grupo. ¿Nuestra causa? No acabas de entenderla, pero… ¿no resulta algo secundario, cuando lo que está en juego es tu hogar, tu familia, tu propia seguridad? ¿Contra quién vamos? Contra tus vecinos. Bueno, no es que te caigan especialmente bien, pero tampoco te han hecho nada. Incluso su hijo pequeño juega con el tuyo, van al mismo colegio. ¿Qué tienes que perder? Si te resistes, todo. Puedes huir, marcharte lejos, pero… ¿y tu vida aquí? Insisto, ¿qué le pasará a tu familia? A todo esto, ¿qué puedes ganar? Bueno, con nosotros, estás en el bando vencedor. Te recuerdo, tenemos las armas. Cuando todo haya acabado, prosperarás, pues como mínimo, te quedarás las propiedades de tus vecinos. Quizá seas aprensivo, bueno, no te preocupes, tendrás trabajo garantizado y el respeto y reconocimiento de tu comunidad. Para eso pertenecerás a los nuestros… Una decisión difícil de tomar. ¿O no?

“Gorazde, Zona protegida” recopila testimonios de los que, en el supuesto enunciado, podrían haber sido tus vecinos. Joe Sacco se sitúa al final de la guerra en Bosnia oriental, en 1.995, sin ínfulas de investigador, sólo como receptor de las historias, horripilantes todas, que, a veces a regañadientes, acaban por narrarle los supervivientes. Son testimonios sin contrastar, como él mismo indica, pero de gran verosimilitud, por la minuciosidad en algunos de los detalles.

La virtud de este cómic está en su limitación. Unos breves apuntes para situar el origen del conflicto. Unos personajes poco esbozados. Un narrador átono. Porque lo importante, es contar los horrores de la guerra. El lector no podrá evitar simpatizar con las víctimas, indignarse ante la pasividad e ineficacia de la comunidad internacional, escandalizarse ante los sanguinarios asesinos… Pero Sacco es consciente de que, ni es testigo, ni le corresponde ser juez o fiscal. Su papel debe ser simplificado.


Gorazde, Zona Protegida (2), por Joe Sacco


La matanza de Srebrenica, vista por Joe Sacco
Técnicamente, como autor de cómic, Joe Sacco es bastante deficiente. Aquí tenemos claramente un ejemplo del debate sobre si una historia, fuerte y necesaria, puede trascender los defectos y carencias del narrador. A diferencia de su referente más obvio, Robert Crumb, Sacco se muestra torpe en las secuencias, llegando a ser confuso en la cronología de los hechos. Algunos textos son farragosos, otros reiterativos. La composición de las páginas es simple, y cualquier reto que se le presenta al respecto, suele quedar mal resuelto. Podría destacarse la reconocida influencia de Brueghel el Viejo (apuntaría también a Goya) en algunas de viñetas plenas de muerte y destrucción, realmente duras. Pero donde Sacco sabe que no puede fallar es en retratar los rostros avejentados, cansados, horrorizados, doloridos, de mirada ausente, desesperanzados,… de las víctimas. Allí es donde la empatía aflora, en el reconocimiento de las emociones.

Al concluir su lectura, me he quedado con ganas de conocer los destinos de Edin, Riki, el doctor Begovic o el par de tontas. Incluso he buscado imágenes de Gorazde. Y, aunque su reconstrucción nos aleja del panorama narrado, las bellas estampas sobre el río Drina no proporcionan el atractivo suficiente para visitar un lugar donde sabemos que, durante unos años, se instaló el infierno en la tierra.