lunes, 28 de enero de 2008

Homenaje al Restaurante Son Moragues


Cuando a algo le confieres un significado, pasa a formar parte de ti mismo. Mientras lo mantienes próximo, es una prueba de que aquellos momentos a los que lo has asociado, han existido. Porque está en la fotografía del recuerdo, es un elemento esencial, y mientras perdura, te lo está proyectando a tu mismísimo presente, pues lo puedes tocar. Pero siempre hay un precio por el apego, como la cuenta que tienes que pagar al final de una apetitosa comida. Y ese precio es, en el caso que nos ocupa, la melancolía del hueco desalojado.

El Restaurante Son Moragues cierra, después de haber acogido muchas comidas de celebración y muchas cenas intimas entre dos. Al visitarlo, quizá por última vez, me parece escuchar ecos de risas, de conversaciones, de susurros de confidencias, de brindis o de los “¡Que se besen!” a los recién casados. Ha servido sus exquisiteces a turistas y trabajadores. Por su cocina han entrado a saludar Michael Douglas, Jack Nicholson, Bill y Hillary Clinton,… y también Joan, Toni, Tomeu, Carmen,… Todos han gozado de la cordialidad y el buen humor del chef y copropietario, Pep Cilimingras, un mallorquín de ascendentes griegos, cien por cien mediterráneo.





El predio sobre el que ha estado situado, a la salida de Valldemossa, en la mágica Sierra de Tramuntana, tiene una dilatada historia, si bien, en la modernidad, deberíamos iniciarla con Su Alteza Real el Archiduque Luis Salvador de Austria. En el día en que, desde su mítico yate Nixe, arribó a la costa noroeste de Mallorca y convino en que aquel lugar era digno de un príncipe. Entre otras, adquirió esta finca a la familia Moragues (herederos de uno de los nobles que acompañaron a Jaime I en la Reconquista).Tras muchos años dinamizando la vida social y cultural en Mallorca, un día, el Archiduque se marchó. Y donó las posesiones a su secretario, Antonio Vives, cuyos familiares las han ostentado hasta estos días.

Si el Restaurante era conocido, sus cuarteradas de olivos eran como un pequeño secreto, que Cilimingras no ha tenido reparos en compartir con quien supiera apreciarlo. Olivos con troncos formando rostros, orientándose hacia la fuente de piedra, hacia los bancales que escalan la montaña o a las vistas de un mar que se confunde con el cielo



Ahora, los Cilimingras se marchan, como antes el Archiduque, y aún antes los Moragues. El Restaurante emigra a los neblinosos terrenos de la memoria. Pero la vida sigue… Y los recuerdos perduran.

Gracias a Pep, y a todos aquellos que sirvieron.



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viernes, 4 de enero de 2008

Días de escuela (para los fans de "Cuéntame..." y Asfalto)


Bien abrigado llegaba al colegio,
1960, hace poco tiempo.
Formados frente a una cruz y a ciertos retratos,
entre bostezo y bostezo, gloriosos himnos pesados.Despertamos en pupitres, de dos en dos.
Aún recuerdo el estrecho bigote de Don Ramón.
Y la estufa de carbón frente al profesor,
la dichosa estufa que no calienta ni a Dios.

Suena el timbre, ¡al fin!
Bocadillo, recreo, evasión.
Una tortura más antes del juego:
la leche en polvo y el queso americano.Sales tú, y el gordo después
Te cambio los cromos, te juego al tacón
Sal tú, la ligo yo.Apuremos el tiempo, ¡que ya nos meten dentro!

Dos horas de catecismo y en mayo la comunión.
La letra con sangre entra, ¡otro capón!
Tarea para mañana, puesto el abrigo
otra copla a los del cuadro y ¡hasta mañana, Don Ramón!Y ahora tú qué pensarás,
si cuanto más me oprimían más amé la libertad.Y es a tí a quien canto hoy,
Enseña a tu hijo, ¡oh! enseña a tu hijo, a amar libertad.

ASFALTO (J.L.Jiménez, Lele Laina, Julio Castejón, E.Cajilde) 1.978



Aunque sea un tanto de refilón, me incluyo entre los que asentimos al cotejar nuestros recuerdos con la letra de este tema (1) Creía no sentir ningún tipo de nostalgia por mi niñez, pero en Mogrovejo, una preciosa población lebaniega, encontré un museo dedicado a la Escuela (2) Allí estaban los pupitres para dos, el globo terráqueo, el puntero, la negra pizarra, la cruz y la estufa que no calentaba ni a dios. Y la recreación de la atmósfera me resultó conmovedora.

En 1973, si mal no recuerdo el año, también tuve un “Don Ramón”. Pero ya estaban en minoría. Casi todo el profesorado de aquella época era de ideología comunista. Hoy en día parece impensable, pero en las primeras elecciones, una victoria del PCE entraba dentro de los pronósticos. Es lo que valoro de la serie de TVE “Cuéntame cómo pasó”. Apenas la veo, pero me atrevo a recomendar los episodios que siguen la estructura del documental dramatizado. Pueden encontrarse aspectos discutibles, pero lo esencial es lo que está allí.

Me sorprendió mucho el éxito de los Alcántara, sobre todo, entre quienes no vivieron la época. Harto de las historias de la posguerra, supuse equivocadamente que pasaría lo mismo con las décadas de los 60 y 70. Además, la atonía de la serie para no herir las sensibilidades, hacía prever un tratamiento superficial. Pero los hijos tienen curiosidad por asomarse al tiempo de sus padres, y éstos parece que no comparten mi desapego.

Supongo que es necesario recordar, pese al dolor. Ya no hay capones, ni siquiera cachetes. La leche ahora es desnatada y enriquecida en Omega 3 (¿cabezas de sardina machacadas? –Daniel Piris dixit-) y no tenemos Comunidad Autónoma que no presuma de excelentes quesos. Los gordos de hoy en día están grasientos, no como los de antes, que era más por su constitución ósea. ¡Los gordos de entonces pasaban hambre! Y eran muy apreciados en ciertos juegos, en los que su volumen y el peso marcaban diferencias… Hoy en día tenemos graves problemas, pero por lo menos, algunos de los viejos parecen resueltos. Por lo menos, parece que se ha enseñado a amar la libertad.

Volviendo a Asfalto, el cambio de década 70-80 propició en España extraordinarias formaciones musicales. Fueron los años del llamado rock urbano (Bloque, Leño, Topo,…), rock andaluz (Triana, Medina Azahara, Alameda,…), heavy (Barón Rojo, Obús, Banzai,…) Puede que ahora se esté recuperando la letra elaborada y comprometida, a través del “rap”, pero no así el virtuosismo en la interpretación que tenía, por ejemplo, los indefinibles Asfalto. Aquí me han pillado. Por ellos sí que siento nostalgia. Y de ahí han surgido los anteriores pensamientos entrecruzados.

miércoles, 2 de enero de 2008

Sobre Rembrandt y el Cómic

Una noche de insomnio y mi eclecticismo me llevó a relacionar las dos primeras lecturas del año 2.008. Por un lado, “Rembrandt, el enigma de la visión de un cuadro”, de Michael Bockemühl (1), y por otro, “Hulk-Las Guerras Troyanas/6”, de Peter David y Gary Frank (2)

Desconozco si a David o a Frank les gusta Rembrandt, y no trato ni de dignificar un medio como el cómic (para eso, basta coger un tebeo más o menos decente, como es el caso) o de ensalzar a un pintor sobradamente conocido. Me gustaría transmitir la fascinación por una forma de lenguaje iniciada desde hace más de cuatro siglos, y continuada en el nuestro, en otro tipo de arte, definido como secuencial.

Quizá Rembrandt no fuera técnicamente un innovador, pero tal vez fue el primero que mejor comprendió el carácter estático de la pintura, y cómo superarlo. He escogido el cuadro de “Sansón cegado por los filisteos”, datado en 1.636. El mismo encierra toda una historia. Dalila ha traicionado al héroe cortándole el cabello, fuente de su fortaleza, y huye dejándole ante los filisteos. Siguiendo la composición, vemos como Sansón es sujetado sin ningún miramiento por un agresor que forcejea desde el suelo, como es encadenado por otro guerrero, y como el menos escrupuloso de todos le arranca un ojo, mientras un alanceador vigila y amenaza al héroe aprisionado. Cada personaje asume una función dentro de la secuencia narrada y, a la vez, al visionar el cuadro no perdemos la percepción de un conjunto. La acción es muy dinámica, pero Rembrandt es consciente de que nos trasmite un instante congelado. No se percibe muy bien en esta imagen, pero créanme, las gotas de sangre que brotan a chorro del ojo, están representadas.



No puedo evitar recrearme en el detalle, aunque resulte un poco gore. Ahí:




De “Hulk” me he limitado a escoger una viñeta muy sencilla, que nos relata de forma divertida los efectos de la fiesta sobre los invitados (en este caso, una despedida de soltero) En una composición en espiral, comenzando desde el extremo inferior derecho, vemos personajes departiendo tranquilamente, y ascendemos acompañando a los que se dirigen a la mesa con el ponche. Allá mismo, encontramos un pequeño grupo instalado frente a la bebida. Continuamos por la parte superior derecha, y vemos los efectos del alcohol, aparece un personaje haciendo monerías sobre una tabla de surf suspendida en el aire. Finalmente, en el centro, vemos un ejemplo paradigmático de la borrachera, la caída ridícula. Ha sido toda una secuencia narrada con gran economía.







Volvamos a Rembrandt. El holandés fue un excelente retratista que, fiel a su criterio de verosimilitud, se preocupó especialmente de reflejar no sólo la figura, sino el estado de ánimo, en relación con la postura y a la acción efectuada por el retratado. Aquí me voy a valer de una de sus obras más célebres, la “Lección de Anatomía del Doctor Tulp” (1.632), para la Sociedad de Cirujanos. En la misma, vemos al insigne médico impartiendo sus conocimientos, con la inestimable colaboración del cadáver de un maleante ajusticiado, ante diversos miembros de la Sociedad. La actitud de cada uno es muy personal, desde la reflexión ante lo escuchado mirando a un punto indefinido, una comprobación de lo apuntado en el libro que queda mostrado en la parte inferior derecha, el interés por una observación más minuciosa mediante el gesto de aproximación hacia los tendones preparados, la atenta escucha de un oyente admirado, etc.





Y ahora, al cómic. Peter David es un guionista norteamericano cuyas mayores cualidades son su inteligencia y la pasión por el medio en el que trabaja. Y de todos los dibujantes que ha dispuesto para su colección, considero que Gary Frank es quién mejor ha sabido entender las inquietudes de su colaborador. En la viñeta siguiente, incluida en el mismo episodio que la anterior, el dibujante, siguiendo las consignas del guionista, representa un retrato coral recogiendo los diversos tipos de emoción de los personajes. Hay gestos, posturas o miradas que reflejan expectación (sobre todo en los que se parapetan tras la máscara), confianza, escepticismo, alegría,… y de satisfacción, atención o de pudor. Aprovecho para hacer un pequeño inciso sobre los textos del bocadillo, que aportan información adicional, tal como debe ser, y no una reiteración de lo que el dibujante ya expresa en la imagen.



Antes de concluir, debo reconocer las inspiración obtenida de los artículos del profesor Florentino Flórez, autor de varios artículos en la revista de cómic "El Wendigo"



Notas
(1) Publicado por Taschen. Aprovecho para recomendar las publicaciones de esta editorial a los aficionados al arte, las ediciones suelen ser cuidadas, con buena calidad en las reproducciones, y los textos, generalmente, son accesibles y correctamente traducidos. Todo ello a un precio muy asequible.
(2) Publicado por Marvel Comics, edición española a cargo de Comics Forum (Editorial-Planeta de Agostini)

Por último, señalar que las ilustraciones de los cuadros de Rembrandt pueden estar sujetas a copyright, y las he tomado, para una utilización meramente ilustrativa, de la siguiente página web (recomendable)
http://www.epdlp.com/