sábado, 17 de enero de 2009

En la trastienda del festival de cine y derechos humanos

Con bastante retraso (mis disculpas), me he decidido a ofrecer algunas impresiones, desde mi posición en la organización, del I Festival Internacional de Cinema i Drets Humans a Mallorca.

Para los interesados en la memoria del evento, podéis visitar el blog http://festidretshumansmallorca.blogspot.com/ Quizá la lectura más atractiva, por tratar aspectos menos técnicos, se ofrece en las etiquetas de “Debate” y “Concierto”

Para esta entrada, compartiré lo que, por cuestiones de tipo político, no hemos incorporado a la memoria.

Sobre la asistencia de público (casi un centenar de media, siendo generosos, incluyendo a los organizadores y al acomodador), es para mostrarse moderadamente satisfechos. Por un lado, hay que considerar que se trataba de una primera edición, y que se ha superado, por las referencias disponibles, la de otros festivales de similares características. Por otra parte, decir que la entrada era gratuita, y que el trabajo de publicidad y promoción fue enorme, por encima del resultado obtenido. Me ha fastidiado enormemente tener que inflar las cantidades oficiales, sencillamente, porque es lo que todo el mundo espera y da por sentado.

Poderoso caballero sigue siendo Don Dinero. Aunque no tardé en distinguir quién estaba dispuesto a participar de una forma generosa, de quién mostraba indiferencia (o peor, la oportunidad de sacar tajada), me he llevado unas cuantas sorpresas.

En general, las publicaciones no ofrecen una cobertura amplia si no es a cambio de publicidad. Debemos mostrarnos especialmente agradecidos a la agenda quincenal Youthing, la más importante de Mallorca en cuanto a ocio, que nos brindó su portada, y una colaboración más allá de cualquier compromiso.

Por cierto, la falta de rigor en la prensa es sencillamente alucinante. A pesar de facilitar un dossier informativo, algunas erratas resultaron chirriantes. Por ejemplo, la edición balear de El Mundo nos bautizió como “I Festival Mundial…” (o sea, del “mundo mundial”), en lugar de “I Festival Internacional…”. El Diario de Mallorca infló la asistencia por nosotros, multiplicándola por seis. Última Hora incluyó como gratuita una cena previa al concierto… Noté como algunas declaraciones expresadas en entrevistas fueron tergiversadas, si bien no se trataban de asuntos importantes. Una honrosa excepción, el programa Itaca, de la insular TV[M], cuyos jóvenes redactores trabajaron horas para ofrecer un magnífico reportaje de cuatro minutos de duración (aunque, ¡todavía no me han devuelto el DVD prestado!)

La charla de Mamen Briz, en defensa de la legalizar de la prostitución, resultó un éxito un tanto inesperado. Personalmente, temía una escasa afluencia, por ser un tema bastante incómodo de tratar, que pudieran manifestarse prejuicios sobre las invitadas, o que el debate derivara en una fútil polémica desde la moralidad. Ocurrió todo lo contrario, en buena parte, gracias a las cualidades como oradora de la propia Mamen Briz.

De lo que no me libré es de desencuentros motivados por el uso de la lengua, fuera la mallorquina/catalana, fuera la castellana. Los nacionalistas lingüísticos (sean mallorquines/catalanes, sean castellanos) no solo usurpan la cultura para su causa, sino que además, ¡utilizan los Derechos Humanos para presentarse como víctimas! Me gustaría debatirlo en el futuro…

No sé si por una anécdota con un espectador debería de generalizar, pero me quedé con la sensación de que resulta edificante denunciar las violaciones de derechos en el extranjero, pero nos violenta que el extranjero critique las que ocurren en nuestro territorio.

Y para quienes estén pensando de que carezco de sentido autocrítico, aún no me he recuperado del ridículo que hice presentando la ceremonia de inauguración (me pasa por ser como los toros, ¡me muestran el capote y embisto!)