sábado, 8 de marzo de 2008

La ciencia de la felicidad (1): Consejos de la Dra. Nansook Park






















La doctora Nansook Park, en la Fundació La Caixa, Palma de Mallorca.

"Obtener un recuerdo tangible (fotografía, grabación, souvenir, recorte de prensa, etc.) asociado a un momento de felicidad, como medio para reproducirla"

Entiendo que debe matizarse que no se trata de ponerse nostálgicos. Uno no debe anclarse en el pasado para compensar un presente poco agradable, sino rememorarlo como reafirmación de la experiencia vital: en cualquier momento, puede ocurrir algo que merezca la pena rememorar.
El recuerdo pretende aumentar el bagaje de felicidad. Una fotografía familiar singularmente graciosa, los cantos pulidos de una playa paradisíaca conservados en un bonito jarrón, el recorte de la prensa del día en el que fuiste protagonista, el video del día de tu boda (si sigues felizmente casado, claro), una muestra del vello púbico de tus amantes,… Nansook Park destaca especialmente los recuerdos con escenas de personas riendo, la risa tiene un gran poder terapéutico.
Las personas con mayor espiritualidad criticarán el aspecto materialista de la propuesta. Vale la pena insistir en que el objeto no tiene un valor intrínseco en sí mismo, sino que sirve de vehículo, de ayuda a nuestra, a veces, desordenada memoria, para transportar en el tiempo y traer al presente una sensación de felicidad.

2 comentarios:

Javier Liébana Radó dijo...

Hola, es algo que comparto, estoy totalmente de acuerdo en que tampoco es cuestión de atesorar objetos para vivir en el pasado (coleccionando cacas ;) ). Siempre es agradable encontrarse u ojear alguna foto, un libro favorito (yo cada tantos años huelo los libros que tengo de una edición de Sherlock Holmes que conseguí ¿a los 11 años? me encanta el olor a papel, tinta y cuero, me enamoré de una chica que olia a eso, cosas de estudiar en la escuela de arte) algún regalo de un ser querido, disfrutar de la buena compañia y estar o ver mujeres guapas, aunque sea por la calle, produce un efecto balsámico muy recomendable.

Es más, escribiendo esto he rememorado un momento de mi vida que me da buenas vibraciones y he puesto en practica tu artículo.

Mejor me planto aquí, porque luego vendría el momento en el que me siento identificado con el protagonista de Alta Fidelidad ;)

Alfredo J. Liebana Rado dijo...

Tu referencia a "Alta Fidelidad" no puede ser más oportuna, como podrás comprobar. Gracias por escribir y por entender el espíritu del blog ;)