¿Qué pasaría si un día aparecemos en tu casa, armados, y te exigimos tomar partido, o con nosotros, o contra nosotros? Tenemos las armas. Nos conoces, incluso puede que haya algún familiar tuyo en el grupo. ¿Nuestra causa? No acabas de entenderla, pero… ¿no resulta algo secundario, cuando lo que está en juego es tu hogar, tu familia, tu propia seguridad? ¿Contra quién vamos? Contra tus vecinos. Bueno, no es que te caigan especialmente bien, pero tampoco te han hecho nada. Incluso su hijo pequeño juega con el tuyo, van al mismo colegio. ¿Qué tienes que perder? Si te resistes, todo. Puedes huir, marcharte lejos, pero… ¿y tu vida aquí? Insisto, ¿qué le pasará a tu familia? A todo esto, ¿qué puedes ganar? Bueno, con nosotros, estás en el bando vencedor. Te recuerdo, tenemos las armas. Cuando todo haya acabado, prosperarás, pues como mínimo, te quedarás las propiedades de tus vecinos. Quizá seas aprensivo, bueno, no te preocupes, tendrás trabajo garantizado y el respeto y reconocimiento de tu comunidad. Para eso pertenecerás a los nuestros… Una decisión difícil de tomar. ¿O no?
“Gorazde, Zona protegida” recopila testimonios de los que, en el supuesto enunciado, podrían haber sido tus vecinos. Joe Sacco se sitúa al final de la guerra en Bosnia oriental, en 1.995, sin ínfulas de investigador, sólo como receptor de las historias, horripilantes todas, que, a veces a regañadientes, acaban por narrarle los supervivientes. Son testimonios sin contrastar, como él mismo indica, pero de gran verosimilitud, por la minuciosidad en algunos de los detalles.
La virtud de este cómic está en su limitación. Unos breves apuntes para situar el origen del conflicto. Unos personajes poco esbozados. Un narrador átono. Porque lo importante, es contar los horrores de la guerra. El lector no podrá evitar simpatizar con las víctimas, indignarse ante la pasividad e ineficacia de la comunidad internacional, escandalizarse ante los sanguinarios asesinos… Pero Sacco es consciente de que, ni es testigo, ni le corresponde ser juez o fiscal. Su papel debe ser simplificado.
“Gorazde, Zona protegida” recopila testimonios de los que, en el supuesto enunciado, podrían haber sido tus vecinos. Joe Sacco se sitúa al final de la guerra en Bosnia oriental, en 1.995, sin ínfulas de investigador, sólo como receptor de las historias, horripilantes todas, que, a veces a regañadientes, acaban por narrarle los supervivientes. Son testimonios sin contrastar, como él mismo indica, pero de gran verosimilitud, por la minuciosidad en algunos de los detalles.
La virtud de este cómic está en su limitación. Unos breves apuntes para situar el origen del conflicto. Unos personajes poco esbozados. Un narrador átono. Porque lo importante, es contar los horrores de la guerra. El lector no podrá evitar simpatizar con las víctimas, indignarse ante la pasividad e ineficacia de la comunidad internacional, escandalizarse ante los sanguinarios asesinos… Pero Sacco es consciente de que, ni es testigo, ni le corresponde ser juez o fiscal. Su papel debe ser simplificado.